Cuando una se vuelve una zorra cuarentona parece perder todos los papeles. Es entonces cuando las tías sacan todas sus armas de seducción, sobre todo las más absurdas, y las usan con sus amantes cuando nunca lo han hecho con sus maridos. Por ejemplo, esta casada infiel no tiene reparos en vestirse de camarera xxx para seducir a este negro pollón, y lo hace con todo el gusto. Sin embargo, nunca ha aceptado ningún juego erótico con su marido, y eso que e lo ha pedido. Ahora bien, entre la polla gorda de este amante negro y la de su marido, no hay color. ¿Será que por fin es verdad que el tamaño importa?