Ser agente inmobiliaria no es sencillo, es un mundo de hombres, y muchos tíos piensan que pueden hacerle la pirula. Sobre todo, se encontró con clientes que pretendían tener sexo con ella, pensaban que era una puta más que una vendedora. ¿Y qué hizo ella? Pues se aprovechó de esto, y ahora folla con ellos, pero con sus condiciones. Cuando ve a algún macizo al que venderle una casa, va a por él a saco, y no se corta un pelo en demostrarle que podrían tener sexo si quisiera. Por supuesto, no hay quién se resista a follar a esta latina caliente. La sorpresa se la llevan luego, cuando piensan que su corrida la hace más vulnerable, y quieren bajar el precio de venta. Ni de coña, ella se llevará toda su comisión,  más el gusto de un buen orgasmo.