Esta madre cuarentona está que bebe los vientos por el amigo de su hijo veinteañero. Cuando en verano invitaron al chico a pasar con ellos unos días en el campo, la zorra pensó que era buen momento para lanzarse. Así que aprovechó que el joven se quedara dormido bajo el sol en el jardín para lanzarse, ya que no había nadie más en casa. Empezó a acariciarlo y pronto se puso cachonda, así que tuvo que quitarse la ropa. Así, la madura desnuda se restregó contra el chico, que notó sus tetas gordas en la espalda. Al darse la vuelta y ver el panorama, ya sabía que tocaba sexo con la vieja. O no tan vieja, pero podría ser su madre por supuesto, y su coño peludo le demostró que era de otra generación. Aún así, le encantó meterla en ese coño maduro.