Su hijastro le quita las penas de amor
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No es buena idea eso de escuchar las penas de amor de una madrastra, eso que vaya por adelantado. Y mucho menos si la zorra en cuestión es una rubia milf con cuerpo de infarto y dos tetas gordas y erectas. Cuando una tia buena así te cuenta que tu padre no la satisface y no la cuida, mientras te abraza y te restriega su cuerpo macizo por el tuyo, tu polla acaba empalmada sí o sí, no hay remedio. Y cuando ella lo nota, puede que lo que esté buscando es precisamente eso, y se cree con derecho de abrirte la bragueta y hacerte una mamada. ¿Y sabes una cosa? Tiene todo el derecho, la obligación, y tú el gusto de correrte en su boca después de follártela.