Esto es lo que pasa cuando una jovencita de 23 años se casa con un viejo de 60 amigos, que lo normal es que al hombre le dé un jamacuco y luego ellas vivan la vida con la herencia que les ha quedado. Es injusto, si, pero que le quiten al abuelete los polvos que echó cuando aún estaba activo sexualmente hablando. Pues al marido de esta tetona mexicana le quedan dos telediarios, de hecho ha sufrido otro infarto seguramente porque se ha enterado de que su joven mujercita es una perra infiel. Fijaos lo guarra que es que incluso de camino al hospital se folló a un paramédico mientras su marido estaba con una pierna en el otro barrio.