Por andar de voyeur, pegué un polvo gratis
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Como soy el dueño del gimnasio, me pude dar el lujo de andar detrás de esta preciosa culona para espiar todo lo que hacía en el local. Ella se dio cuenta que me quedaba embobado mirándola mientras hacía los ejercicios, y es que era una tentación verla mover el culo y las tetas mientras ejercitaba. Pensé que me iba a poner de vuelta y media, insultándome o poniéndome una denuncia; pero estaba equivocado. Me agarró del brazo y me dijo que tenía que follarla de inmediato; parecía que el andar espiándola la había puesto cachonda a tope. Ni se me ocurrió negarme, porque la verdad que estaba deseando ver a esta tia buena en acción mientras la follaba y me corría en su coño.