Si los taxistas y conductores en general contaran todas las anécdotas diarias que les pasan en sus vehículos, tendrían para escribir miles y miles de libros. Por suerte lo que vivió este conductor de Uber quedó en una anécdota y además muy agradable porque el coño de esa jovencita era una ricura. Más que nada porque a veces sufren robos, violencia o no les quieren pagar el viaje, pero esta vez fue algo distinto y sin duda morboso. La parejita de novios que se montaron en el asiento de atrás estaban muy cachondos y ni cortos ni perezosos se pusieron a follar. Lo que no sabían es que el conductor tenía una cámara de seguridad que lo grababa todo y mucho menos que su polvo se haría viral.