A pesar de sus veinte años y su piercing, esta chica en realidad es muy inocente… o más degenerada de lo que pensamos. Al menos, esa es la impresión que tiene su padre, que la nota quejosa de sus pechos duros, que hacen que le duela la perforación. Y es que no entiende que cuando se excita, sus pechos se ponen duros, y sus pezones son como piedras; logicamente está dolorida. Claro que la duda del padre comenzó cuando ese dolor también se extendió hacia abajo, entre sus piernas concretamente. Vamos, que ver a papá había puesto a la chica cachonda perdida; y él, como buen progenitor, tuvo que follarla para que se sintiera alivio.