En esta secta, como en cualquier otra que se precie, las ceremonias para los nuevas integrantes son siempre de índole sexual; mucho más, sin entre las nuevas acólitas están varias rubias tetonas con muchas ganas de aceptar los nuevos preceptos. Pues no tienen que desesperar, todos ellos pasan por aceptar todas las guarradas que los líderes quieran practicar con ellas, disfrazándolas de purificadoras. Vamos, que una doble penetración o una corrida facial no te hacen más fiel ni más espiritual; pero a estos mamones los deja como nuevos, aunque las zorras folladas, desde luego, no es que estén poniendo muchas pegas.