Esta chica negra pasa de los rollos de San Valentín: no hay nada como una polla grande entre las manos, y dejarse de tonterías románticas. Y siendo así, no tardó en buscarse un tío cachas que la follara en este día tan señalada, y además con las mejores cualidades. Por supuesto, se trataba de tener a su disposición una buena tranca a la que pensaba mimar de todas las maneras posibles. Mentiría si no dijera que al principio se quedó impactada con el tamaño de esa polla empalmada; pero en su vida había disfrutado tanto de tener el coño petado de tanta carne y tanta corrida de semen.