A este matrimonio que acaban de ser padres, les va eso de los juegos morbosos y un poco kinkys, así que han inventado lo que ellos llaman intercambio de leches. Sí amigos, porque el marido, harto un poco de que su mujer sea siempre la que lo ordeña sin contemplaciones cada vez que lo pajea, le come la polla y lo recibe en su coño vicios, ahora le devuelve la pelota tomando de sus propias tetas la misma leche que tiene que tomar su hijo. Claro que antes se da el gustazo de chuparle los pezones todo lo que quiere, consciente de que eso la excita mucho, como una pequeña venganza; aunqeue, como no, es ella la que se lleva siempre la mejor parte, porque en su turno le agarra el rabo y hace todo lo que quiere con él, hasta que también recibe si ración de lechada, claro que sí.