Las rumanas tienen algo que a los hombres españoles les gusta mucho. Podría ser su acento peculiar o que son en general bastante activas sexualmente hablando, el caso es que cuando un tío conoce a una rumana raro será que no quiera echar un polvo con ella. A torbe le pasó algo parecido cuando descubrió a esta madurita buscando a chicas para hacer un casting porno por la calle. Desde luego no daba el perfil de la típica rumana rubia y delgadita porque estaba tirando a gorda y tenía un par de tetas gigantes, más bien parecía una gitana, sin duda otro de los sueños que tienen los hombres.