Estas dos zorras teutonas son las amas del barrio, porque tiene a todos los tíos comiendo de su mano. Es una suerte vivir en las afueras de la ciudad, rodeadas de árboles que ocultan a la vista sus actividades preferidas. Y no es de extrañar que sean dos chicas populares entre sus conocidos, gracias a las reuniones campestres que organizan una vez por semana. Vete olvidando de senderismo, campings o búsqueda de setas; con un grupo de maromos cachondos, a ellas les va montarse orgías al aire libre. Sí que les va la naturaleza, siempre que estén rodeadas de pollas duras dispuestas a follar cada agujero que tengan libres. Y las corridas en la cara, esa es la recompensa final.