El vecino masajista enculando a su esposa
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El marido ya sabía que su esposa le pedía de vez en cuando a su vecino fisioterapeuta que fuera a casa a calmarle los dolores. Claro que no imaginaba que le iba a dar masajes eróticos, y que le calmaría los calores de su coño vicioso. Esta casada latina tenía muy bien montado el chiringuito, con su marido trabajando y su amante masajista viviendo en la casa de al lado. Lo malo fue cuando un día el marido llegó antes de tiempo a casa, se la encontró en plena infidelidad, con la corrida del otro todavía saliéndole del coño.