Tan habitual que la zorra puede estar leyendo un libro tan tranquila mientras su hermanastro se la folla por detrás como un perro cuando cubre a una hembra. En este caso parece que siempre es ella la que se acerca a él poniendo ojitos y haciendo esos gestos tan sensuales que solo una chica sabe hacer. Ya de buena mañana la chica se levanta más caliente que el infierno y se arrima a su hermanito para darle unos besos de buenos días. El tío tiene prisa porque llega tarde a trabajar, pero su hermana no dejará que se marche fácilmente y para convencerlo de que tienen que follar, le hará una mamada debajo de la mesa mientras él desayuna para no perder tiempo.