Aunque hay por ahí muchas esposas infieles que les ponen los cuernos a sus maridos por vicios, este no es el caso de esta rubia milf. Ella ha tenido que ir a hablar con el prestamista al que su marido le debía dinero para intentar pagar la deuda poco a poco, antes de que los desahucien. Claro que al verla, la polla empalmada del tipo pedía otra clase de pago, y ella no ha tenido más remedio que ceder.

Claro que, follando a perrito con cara de atormentada, la cerda caliente andaba pensando si no estaría bien poder pagar todas las deudas así. Porque follar por dinero es bastante morboso, y además ese cabrón le estaba metiendo un polvo de campeonato…