Desde hace unos días esta tía cachonda tiene albañiles en casa, y uno de ellos le ha llamado especialmente la atención. Como es el jefe de obra, lo ha llamado por la tarde para tener una reunión privada y comentar algunos puntos de la obra. Pero ella tenía en mente otra cosa, cuando lo recibe con un mini tanga y un sujetador que deja las tetas fuera. A la madura argentina no le importa decir que la pone caliente imaginarlo sin camiseta, con un martillo en la mano y preguntándolo dónde pica. Porque lo que ella quiere es que su polla dura penetre su coño vicioso, así que estaba claro lo que era ese encuentro: una cita para follar. El albañil lo entendió también, no hizo preguntas, solo le metió el rabo en la boca hasta que pudo follarla a base de bien.